Dar una segunda oportunidad a ropa que está como nueva no solo beneficia a tu bolsillo
Todas nuestras prendas han tenido ya otro dueño, por eso se consideran de segunda mano, pero en nuestro caso eso no significa que hayan sido usadas. Algunas de ellas tienen incluso la etiqueta, otras no, pero han sido usadas entre cero y tres veces de media. Con más uso, no pasarían nuestro estricto proceso de filtrado.
¿Sabes cómo ayudas al planeta reestrenando ropa?
Fabricar una camiseta de algodón requiere 2.500 litros de agua. Una camiseta que a veces se queda pequeña antes de usarse, o que se utiliza un par de veces. Con los vaqueros la cifra se dispara hasta los 8.000 litros por cada uno, entre la usada para el regadío y la que se gasta en el proceso de fabricación. Y cada año se fabrican 5.000 millones de vaqueros en el mundo. ¡5.000 millones! ¿Son todos necesarios o podemos contribuir a que esta cifra descienda?
La ropa que se tira acaba en vertederos de Asia, en zonas de lluvias donde los microplásticos y la viscosa que contienen son arrastrados hasta los ríos, contaminando tanto el mar, y destruyendo así gran variedad de ecosistemas, como las fuentes de agua de millones de personas. En países como China, el 70% de los ríos está contaminado por las aguas residuales de la industria textil.
Para hacerse una idea con algunos datos:
- La moda es la segunda causa de liberación de CO2 del mundo, con un 8% del total de las emisiones.
- El 2.5% de la superficie cultivable del planeta está destinada al algodón para fabricar ropa. Este es uno de los cultivos más sucios y “sedientos” que existen, y limita un espacio muy necesario para cultivar alimentos: somos muchos, y no hay para todos.
- Cada estadounidense compra una media de 4 vaqueros nuevos al año, cada europeo casi 2. Multiplica…
Y no hablemos de las condiciones de trabajo a las que se ven sometidas millones de personas para poder satisfacer una demanda cada vez más rápida de nuevas prendas en todo el mundo.
Según Greenpeace, “los pantalones más sostenibles son los que tienes en tu armario”. Con los niños no podemos alargar la vida de la ropa porque en poco tiempo se les queda pequeña. Pero sí podemos hacer que hereden entre hermanos, utilizar ropa de amigos con hijos más mayores, donar o vender la que ya no les vale… y reestrenar con Anfibio.